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sábado, 11 de junio de 2011

GUSTAVO AGUIRRE MORALES PSICOLOGIA UNAM IZTACALA

LIDERAZGO"


Todo líder debe creer en la capacidad natural de la gente para poder realizarse. El líder debe ser capaz de fijarse una meta de excelencia, proporcionando las herramientas necesarias para el éxito, y al mismo tiempo promover una conducta de liderazgo en el ámbito donde se desenvuelve.
Todo líder debe tener fe en las personas con las que trabaja, por lo que tiene presente que la comunicación con sus colaboradores es prioritaria. Los líderes saben escuchar; son capaces de eliminar los obstáculos que impiden mejorar, comunican la visión de la empresa y saben enseñar el oficio. Un líder es capaz de servir a quien sirve. Los líderes no son jefes, son guías.
Todos los grandes líderes, los triunfadores que se encuentran en la cumbre tienen algo en común, saben que la gente es capaz, pero todavía más importante saben que conseguir y mantener a los mejores es la tarea más importante. Una organización no puede aumentar su productividad, ¡pero sus individuos sí pueden hacerlo!  El personal es el capital más importante de una organización. Los sistemas se vuelven obsoletos. La infraestructura se deteriora, pero las personas se mantienen y crecen, se desarrollan y llegan a ser más eficientes si cuentan con un líder que entiende su valor potencial. Un líder que se aprecie de serlo sabe combinar estas ocho herramientas, una sola que falle, el líder deja de serlo para pasar a los muchos gerentes que existen. No se puede tener confianza, entusiasmo, si no se tienen presente las demás herramientas de liderazgo. No puede tenerse confianza en una persona que se diga ser líder, sino maneja a la perfección las ocho herramientas. El líder no se hace leyendo unas cuantas líneas, el líder sale del interior del ser humano y aprende a manejar estas herramientas gracias a su capacidad, su vocación de servir, su actitud triunfalista. Por eso en el mundo y en la historia de la humanidad sólo  ha habido pocos y natos líderes, muchos dictadores, pocos muy pocos líderes y estadistas. 

Saber escuchar. Resulta imprescindible que en todo liderazgo se base en una excelente relación. Es importantísima en la formación de un líder la comunicación. La empatía puede iniciar con una franca y sana comunicación, haciendo sentir a las personas importantes al saber escuchar, pero no sólo eso, sino que al escuchar se compenetre el líder con las inquietudes de las personas que escucha. El hecho de escuchar puede ser persuasivo ya que hace a la persona sentirse bien, porque todos queremos ser escuchados. Escuchar es una buena manera de manejar el control emocional.  Todo ser humano necesita ser  comprendido, empecemos entonces con saber escuchar.
Participación: Un líder debe tener la capacidad de permitir la participación de la gente que le rodea, por ejemplo, pedir y tomar las ideas que más convengan a la organización. La participación se podría entender como la política que ayuda a mantener la unidad y cohesión del grupo, que permite la expresión de cada uno de los miembros, recogiendo la riqueza de la diversidad de ideas y que además promueve la sostenibilidad social de los procesos.
Modelaje: Esta herramienta bien podría resumirse en estas palabras “Hacer uno mismo como líder lo que se quiere que otros hagan”. Al realizar el líder tareas, pero además realizándolas bien, permite que los demás lo observen, haciéndoles ver que si se puede, esto permite que se abran caminos de expansión a los demás. La herramienta del  modelaje de un buen líder, no debe ir con la finalidad de que los demás deben seguir o copiar una conducta a conveniencia, sino que lo que se modela debe ser expansivo, es decir, si el líder puede, los demás pueden. Lo anterior potencia tanto los resultados del líder como los del equipo. Los líderes pueden servir de modelo de comportamiento de muchas maneras diferentes.
Valoración: es muy importante la valoración que se haga de las personas. Reconocer el desempeño a través de palabras que sean verdaderamente genuinas y sinceras demuestra el respeto que se les tiene. Además resulta positivo la entrega de reconocimientos, de esta manera se reconoce la importancia de la persona, no sólo para sí misma, sino para el equipo del cual forma parte, de tal manera que la organización gana a la larga.
Expectativas: Es muy común encontrar gente que aparentemente no puede, tienen de sí mismo una visión pequeña, sin valor, se sienten poquita cosa, sin embargo al creer en ellas, hacerles ver que son valiosas como seres humanos y como profesionales se logra  producir una disonancia. Surgen entonces dos pensamientos que están en conflicto, es aquí donde un buen líder logra que el pensamiento cognitivo positivo se penetre para lograr que la otra persona llegue a lograr los objetivos, al reto que se le plantea. Entonces un líder debe tratar a las personas como si fueran capaces de lograr lo que para otros parecería imposible. Un líder debe visualizar al otro como un ser capaz y talentoso. El líder es capaz de cambiar al otro desde la visión valorativa si decide tratarlo con respeto, atención y aprecio.
Ambiente y recursos:  Dotar al equipo de recursos y un ambiente con total seguridad, que traspasen su rendimiento, logra aumentar el desempeño, por lo que es imprescindible poner mucho cuidado en esta herramienta del líder. Si lo que interesa al líder es expandir el desempeño de los colaboradores así como incrementar los alcances de la gestión para de esta forma se produzcan mejores resultados, e influir en forma potencial en los miembros del equipo, es necesario un ambiente y recursos a la altura de lo que se está buscando, de lo contrario la producción no sólo se estancará sino que tenderá hacia abajo, ocasionando una pérdida de los objetivos planeados.
Confianza: La confianza permite una acción coordinada entre el que habla y el que escucha. La confianza posibilita toda una serie de acciones con resultados innovadores. Toda organización actual se basa en la confianza y no en la fuerza, es aquí donde el líder refleja su conocimiento para guiar a un grupo. Sin confianza las otras siete herramientas salen sobrando, el líder deja de serlo, porque entonces solo se estaría convirtiendo en un gerente más, en un capataz manipulador. La confianza disminuye la posibilidad de traición y aumentan las acciones de rendimiento.
Entusiasmo: Un buen líder deberá tener siempre una actitud entusiasta, de tal manera que la contagie. Un líder no debe hablar de un proyecto cuando el mismo no le tiene confianza, pero es peor todavía cuando las palabras que vierta al equipo no se hacen con entusiasmo. Un líder entusiasta contagia, y logra que la gente que forma el equipo se una para ver la meta más cercana y posible. De tal manera que el equipo labora con mucha mayor dedicación y satisfacción cuando hay entusiasmo, no se puede pedir entusiasmo cuando no se está entusiasmado, el líder transmite confianza, pero hacerlo es sentirlo, debe ser motivado por una visión ganadora, es una actitud positiva, es una actitud de líder.



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