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sábado, 1 de enero de 2011

CONTROL DE LECTURA
GUSTAVO A. AGUIRRE MORALES

DISCRIMINACIÓN DE LOS ESTADOS INTERNOS
La relación de las cogniciones con los estados internos reviste una gran importancia, en especial para su control y para los procedimientos interpersonales basados en mecanismos de autorregulación, que no son más que las acciones que la misma persona puede ejecutar para regular la intensidad, frecuencia y duración de los trastornos crónicos, y para el control y manejo del estrés que pudiera intensificarlo.

“Estado interno, síntoma o sensación de los estados internos son términos que:  
“Siguiendo la definición de Pennebacker (1982), los delimita como percepciones, sentimiento o creencia acerca de los estados de nuestro cuerpo.” (Pérez, C.).

La percepción o discriminación de estados internos o síntomas es más que un comportamiento. El usuario debe ser capaz de expresar verbalmente en forma coherente las señales fisiológicas que pueden estarle afectando. Lo válido en estos casos es que la información que se exprese sobre el estado interno pueda aportar información que sirva para el mantenimiento de la salud o prevención de la enfermedad.

Las señales internas o conciencia sensorial permiten al sujeto discriminar diferentes tipos de sensaciones tratándose de un mismo estímulo pero siendo este en diferentes zonas del cuerpo.

Informe de estados internos como síntomas:
El ser humano está adaptado para percibir síntomas, sin embargo ésta habilidad puede no ser siempre segura, ya que puede sufrir distorsiones en el camino verbal de acuerdo a nuestro comportamiento perceptivo. Las señales internas luchan contra las señales externas; dicho de otra forma, los sujetos que tienen más tiempo ocupado a diferencia de aquellos con tiempo libre, presentan menores síntomas, menor estrés, menor medicación. (Los casados y con empleo). Estos no están pendientes de las fuentes de estimulación interna gracias a la estimulación externa. Sin embargo, esto no es bueno, al no estar pendientes de nuestras señales internas opacadas por las estimulaciones externas, pueden ocasionar daños graves a la salud.

“Pennebacker (1982) elaboró una tipología que intenta apresar las diferentes casuísticas relacionadas con la percepción de señales y se distinguen cuatro tipos de la manera de percibir síntomas. Un primer tipo lo formarían aquellas personas con incapacidad para percibir los síntomas (casos extremos de insensibilidad al dolor. Un segundo tipo lo formarían aquellos individuos que perciben sus síntomas correctamente pero que no informan de ello. El tercer tipo sería aquellos individuos que perciben y/o informan mal sus síntomas, de tal manera que ello puede a conducirles a cometer errores en la atribución de causas o significados a los síntomas. El cuarto tipo implicaría a  aquellas personas que se mantienen muy atentas a las señales de su organismo y que tienden a informar como síntomas, estados o cambios que no están relacionados con posibles patologías. (Pérez, C.).

El cuestionario desarrollado por Pennebacker y su equipo, llamado PILL (Pennebacker Inventory of Limbic Languidness) permite medir la capacidad de discriminación de los estados internos. Este cuestionario mide sólo la información de los síntomas más no la precisión con la que los síntomas se informan, de todas formas es una gran ayuda para el profesional de la salud.

Es importante resaltar que la conciencia, conocimiento o percepción de las señales internas o estados internos se basan en tres factores o fuentes de información que darán un informa “detallado” sobre el estado interno a saber. Los cambios preceptúales generados por la actividad fisiológica, las señales situacionales o ambientales (señales externas) y las creencias acerca de todo ello.
Si el sujeto es incapaz de reconocer los cambios en su organismo que pudiesen dañar de alguna forma su salud, o aun percibiéndolos no “reconoce” su función como síntomas, es muy probable que su informe al profesional sea mínimo y por lo tanto represente un riesgo para su salud.

Los investigadores del comportamiento han desarrollado teorías que se enfocan durante la infancia y de las que destacan tres: 1) Teoría de la atención excesiva. 2) Teoría de la atención paterna y 3) Teoría de la ganancia secundaria. Estas tres teorías están vinculadas en forma directa a la relación sentimental y comportamental de los padres e hijos. Los padres son capaces de transmitir sensaciones a los hijos, o al contrario son capaces de eliminar de los hijos el carácter que los puede hacer extremadamente sensibles.
Por otro lado Pennebacker (1982), expone su teoría “desarrollo del comportamiento”. En esta exposición de argumentos Pennebacker nos muestra un escenario donde la relación sentimental y conductual de los padres a hijos es disfuncional. La relación familiar, provoca desórdenes tanto psicológicos cómo fisiológicos en el hijo. Los padres, gracias a sus funciones, están considerados como las principales e incondicionales figuras de protección y amor. Por esta razón pueden sostener las agresiones reales o imaginarias del niño sin peligro para sí mismos y evitando el retorno de su propia agresión hacía el hijo. Cuando estas funciones están perturbadas o distorsionadas, como consecuencia del maltrato psíquico, el desarrollo se altera y aparecen trastornos, pero el vínculo afectivo permanece inalterable. Los padres se convierten en fuente de amenaza y peligro real, al tiempo que siguen siendo la fuente afectiva de la que se nutre el niño. Como consecuencia la interacción paternal provoca una acción dañina que necesitara de una ayuda que es muy posible venga del exterior. 
Otro horizonte al respecto se encuentra en la perspectiva sociocultural. Se comprende que el apoyo emocional protege a los individuos de las consecuencias negativas del estrés de forma indirecta mediante el aumento de los niveles de autoestima. El individuo con un buen concepto de sí mismo, facilitado en parte por la presencia de apoyo emocional va a tener más capacidad para movilizar otras estrategias de afrontamiento que la persona con un auto-concepto empobrecido y una creciente pérdida de autoestima. Los sentimientos de desampara van a tener lugar precisamente a partir de una percepción negativa de sí mismo y de una valoración negativa sobre los recursos y habilidades de que dispone para responder a los desafíos de la realidad.

Desde el punto investigación, se ha suscitado la discusión sobre el papel que juega la autoestima en la relación apoyo-salud, dado que ha “podido” constatarse que una persona con alta autoestima tiende a  aminorar los posibles déficits de apoyo, al mismo tiempo que aumenta la percepción positiva y la valoración cognitiva de apoyo social existente.
Por otro lado resulta interesante el hecho de que pacientes con enfermedades asintomáticas, presenten “síntomas”. Lo anterior está expresando un problema psicológico que deberá tratarse. Sin embargo los pacientes que sepan controlar sus síntomas como indicadores fiables de salud estarán logrando una autorregulación o auto-cuidado eficaz. “Los profesionistas de la salud han puesto a prueba la posibilidad de entrenar en una mejor percepción de las señales internas proporcionadas por los cambios fisiológicos de importancia en salud, y en informe más preciso sobre las mismas”. (Pérez, C. pág. 14). 

Comentario:
Resultó muy interesante la lectura. La discriminación de los estados internos es de suma importancia. En lo personal me parece realmente importante la discriminación, ya que un servidor sufre del mal de Meniere, (aproximadamente hace 20 años) pero el vértigo asociado a este síndrome lo confundía con un exceso de glucosa. A pesar de no ser diabético cuando me excedo de azúcar me vienen mareos que al principio confundía con el vértigo de Meniere, una vez que supe distinguir con ayuda del médico los mareos,  la dieta se vuelve más escrupulosa, fuera medicamentos que no sean realmente necesarios que pueden acarrearme mareos. Esto implica tener más cuidado con los síntomas que me han ayudado en gran medida a tener una vida saludable.

Bibliografía:
Pérez, C. (inédito). Relación entre comportamiento y salud. Compilación de bibliografía complementaria. FES-Iztacala. SUAED Psicología.

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