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martes, 11 de enero de 2011

PSICOLOGIA Y FILOSOFIA

GUSTAVO A. AGUIRRE MORALES
La psicología se desarrolla principalmente en marco de la filosofía, pero indudablemente fue recibiendo influencia de las ciencias empíricas, hasta que en los últimos años del siglo XIX dio el gran salto hasta su formación y constitución como ciencia experimental, asumiendo el método de las ciencias naturales en el análisis de los fenómenos de la vida mental.
Podríamos señalar como principio de una filosofía en el marco de la psicología, en la figura de Aristóteles, ya que éste fue quien acuño el concepto de sustancia y a quien se le atribuye hacer un estudio sistemático de esa realidad sustancial  llamada alma, y que para el filósofo griego pertenecía al mundo de la naturaleza, siendo por lo tanto objeto del conocimiento empírico.  Su pensamiento perduró durante siglos hasta que surgieron filosofías cada vez mas identificadas con problemas humanos.
Al iniciarse el Renacimiento; la Escolástica todavía sigue siendo la filosofía oficial, existía una lectura metafísica, sujeta, como el resto del pensamiento académico, a las luchas dialécticas y a la fraseología de los teólogos, que a un intento real de lograr penetrar en el objeto psicológico mismo. En medio de ese ambiente, y combatiendo abiertamente contra él, se inició la investigación psicológica. Se procedió a inclinarse verdaderamente por la observación empírica, y ya no a la especulación metafísica. Se podría decir que lo anterior originó la verdadera revolución científica del mundo occidental, dando paso a la Edad Moderna.
Descartes intentó fundar una ciencia universal, la cual debería estar  basada en un solo método siendo éste el de las “matemáticas”. Será necesario hallar en cada rama del saber una o unas pocas ideas, ciertas, claras y distintas, para entonces, deducir de toda y cada una de ellas, todas las demás verdades, pero es necesario aplicar el método matemático a través de axiomas, teoremas, demostraciones, corolarios, etc.
Descartes aspira a cimentar la filosofía sobre una base inalterable, de tal forma que resista cualquier duda por más radical que sea de los escépticos. Para solidificar su filosofía, propone eliminar todas las fuentes posibles de incertidumbre y error, como los sentidos y la imaginación. En la búsqueda de una idea indiscutible, y tras haber dudado de todo, llegará a encontrarse con una certeza que podrá resistir todos los ataques   y de la cual no será posible dudar. Es la conciencia y su propia existencia. Se podrá pensar que Dios no existe, pero de lo que no se puede dudar es que “yo” que estoy pensando cosas al mismo tiempo que las pienso, existo. Las cosas que piensa el sujeto podrán ser falsas, toda duda, toda actividad pensante y hasta el engañarse a sí mismo, suponen la existencia de un yo pensante. Al continuar con su filosofía deductiva, Descartes descubre otras dos sustancias: Dios y el mundo. Mientras el alma se define por el pensamiento, Dios se define por la infinitud y el mundo.
Es indudable que la modificación de valores que llamamos humanismo se dio en la Edad Moderna. Esta actitud humanista no aceptará ya más las especulaciones teológicas y cosmológicas colocando al hombre como punto de partida. El pensamiento fue centrándose más en el ser humano y cada vez menos en Dios, logrando hacer atractiva la reflexión natural sobre el ser vivo en general y sobre el alma en particular. Se acentúan nuevas dimensiones sobre el pensamiento, preguntándose cómo actúa el alma. Lo que preocupa no es responder a la especulativa pregunta ¿qué es el alma?, sino como actúa en relación a sus actos  y estos actos como nos conducen a nuestras actitudes, comportamiento y costumbres. Se da comienzo a una investigación del ser humano como parte real de la naturaleza y naturaleza misma del sujeto.
El lograr esta nueva forma de pensamiento, no fue fácil, a lo largo de la historia intervinieron aspectos diversos, todos ellos para lograr concebir una configuración psicológica. La concepción filosófica que se tenía en la Edad Media desaparece dando lugar a una científica, matemática y mecanicista. Los grandes descubrimientos en astronomía, logran sustituir la concepción que se tenía hasta entonces en la Edad media por una concepción dinámica y material. Los grandes científicos de la naturaleza lograrán incrustar en el pensamiento humano, la condición de una mecánica de los fenómenos celestes y terrestres al funcionamiento de los cuerpos de los animales.
Es importante señalar que incluso los “conocimientos” esotéricos y las ciencias ocultas (astrología, alquimia, cábala, etc.) que florecieron en aquellas épocas, contribuyeron aunque suene paradójico, a la formación del nuevo espíritu científico.
Durante siglos las dudas psicológicas, se habían cuestionado desde supuestos filosóficos de carácter especulativo y reflexivo, o bien desde acercamientos naturalistas vinculadas muchas de ellas a la alquimia y a la magia. Los filósofos modernos se cuestionaron sobre dudas psicológicas, al formularse preguntas de índole epistemológica. Podríamos empezar diciendo que los filósofos modernos se preguntaban sobre el origen del conocimiento, de nuestras percepciones e ideas apelando, según el caso a nuestra experiencia sensorial, a la actuación del espíritu o alma, y en algunos casos a la relación de ambas tratando de encontrar una síntesis, que se logró parcialmente, filosóficamente hablando. Estos cuestionamientos y respuestas teóricas sólo fueron respondidas a interrogantes psicológicas. Esto debido que, aunque integraron las teorías en sistemas elaborados no fueron capaces de demostrarlas toda vez que no podían o no sabían cómo experimentar con fenómenos psíquicos.    
Pero lo relacionado a las ciencias naturales estas acumularon un creciente cúmulo de conocimientos, aunado a la creación de instrumentos como por ejemplo el microscopio y diversas técnicas de investigación, esto logró avances que se verían reflejados en la naciente psicología. Así los científicos se empezaron a plantear problemas psicológicos al formularse cuestionamientos o realizar experimentos dentro de sus propias disciplinas. De ésta manera se lograron encontrar respuestas científicas a algunas interrogantes psicológicas, abriéndose el camino de utilizar procedimientos rigurosamente empíricos y experimentales para estudiar los fenómenos psicológicos.
Conseguir una posición científica y una equivalencia propia para la Psicología, como disciplina aparte, se transformo en legítima aspiración. Por supuesto que el problema consistió en aplicar el método científico a los problemas psicológicos surgidos de la filosofía y de las ciencias naturales. Llegaba el momento en donde se había gestado una nueva forma de hacer y entender  la psicología, en la que la observación empírica y la experimentación pondrían fin a la especulación como único medio para investigar.
Conclusión:
Desde los tiempos, cuando las investigaciones versaban sobre los fenómenos psíquicos considerados elementales, muchos cambios han alterado las perspectivas iniciales. Al complicarse y diversificarse la psicología, ya no está encerrada en una actitud “hostil”, pero tampoco de una serena indiferencia hacía la filosofía. Animada por deseos nuevos, ha aspirado frecuentemente al conocimiento total del comportamiento y de la vida interior.
Hoy como ayer la pregunta fundamental sigue siendo: ¿qué es el hombre? Y excluye, en principio, toda respuesta dada en el sólo terreno de las ciencias biológicas y psicológicas. Pues no se trata del hombre en cuanto producto de la naturaleza, en cuento objeto de todos los objetos que pueblan nuestro universo, sino el del hombre como sujeto.
Solamente en este extraño poder de hacerse, a la vez, sujeto y objeto, estriba el principio originario de la humanidad y de su historia, el que funda todos los demás, y, con mayor razón, todas las explicaciones particulares.
Desde este punto de vista, no podría haber ruptura total entre la antigua y la nueva psicología. Una y otra vez, por vías y métodos diferentes, no pueden sino aportar su contribución, y aun alguna dimensión nueva, a este conocimiento de sí, por sí, preconizado ya por el muy viejo Sócrates.
Bibliografía:
Thuillier, P. (1975). La manipulación de la ciencia. Madrid. Ed. Fundamentos (pp. 13-21)
Silva, R. Estado General de la Encrucijada. Explicación-Comprensión en la Psicología. Capítulo 1
Referencias bibliográficas:
¿Qué psicología elegir? Recuperado el 27 de diciembre de 2009
htpp://www.revistapolis.cl/polis%20final/1/fola.htm.

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