La especie humana ha perdurado hasta
nuestros días debido a la complejidad y plasticidad
del cerebro, que permitió adaptar la organización de sus comunidades a los
diferentes medios y entornos geográficos que se han presentado a través de la
historia del ser humano.
Así también la supervivencia de la
especie humana, se dio en parte a que
las pequeñas comunidades se organizaron, y de esta manera se favoreció la
crianza y cuidado de los hijos. Aunado a esto y con el paso del tiempo se formó
la pareja monógama rodeados de otras parejas, formando comunidades amplias
hasta llegar a poblaciones, de esta forma se procuró la supervivencia de sus
propios genes. Sumado a lo anterior, también se debió a la capacidad de adaptación del cerebro, que
permitió el desarrollo de diferentes utensilios, fortaleciendo las comunidades.
A través de la historia de la
humanidad, las sociedades lograron organizarse para reglamentar las
responsabilidades parentales, dando lugar a lo que se conoce como familia. “De lo anterior podemos deducir “que la familia es el ámbito de
transmisión de la vida de su acogida y cuidados”.
Así, la familia es el entorno donde el nuevo
integrante recibirá los cuidados, y en este entorno emocional será donde surjan
las conexiones cerebrales necesarias, la mentalización, para que los vínculos
sociales se hagan presentes y se fortalezcan, a través de las emociones. Sin
lugar a dudas el sentimiento más poderoso es el amor, que asegura la
supervivencia y que el paso por la vida sea apropiado y con sentido, y con toda
seguridad, la familia es el espacio primordial de la transmisión de la cultura,
cuya presencia es primordial para el desarrollo cerebral del niño.
Es en los primeros años de vida, donde el cerebro se desarrolla con
mayor rapidez que durante los siguientes años. Por eso la importancia de
seguridad, afecto y amor, que permitirá un sano desarrollo de la corteza
orbifrontal, así como del carácter y personalidad.
Es
en el interior de la familia donde se
desarrollan los primeros acercamientos al mundo del hijo que llega indefenso.
La familia por naturaleza es la responsable de socializar a los integrantes que
han llegado o están por llegar. La familia como núcleo sustancial, posibilita
que el nuevo integrante de la familia afirme su identidad a partir de los
ejemplos o referentes que se gestan dentro de la misma, y así se edifique la autoestima
y la confianza en sí mismo. La familia es la base que permitirá la construcción
estable del niño, así también los padres deben proyectar modelos genuinos que
posibiliten la inserción del niño a un mundo cultural, político y educativo a
su debido tiempo. No debe ser discutible que la familia debe ser el escenario
adecuado en el cual los hijos adquieren y se apropien de normas, reglas y límites para insertarse a una
sociedad que le proporcione la posibilidad de aprender y autorregularse en un
contexto que le permita vivir en forma armónica en sociedad. La cultura
transmitida por la familia y heredada por el nuevo integrante, servirá a que
perciba y entienda su mundo y aprenda a vivir en él.
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