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lunes, 6 de enero de 2020

GUSTAVO AGUIRRE MORALES PSICOLOGIA UNAM IZTACALA

LA IMPORTANCIA DE LAS NEUROCIENCIAS EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN.
Investigaciones  neuro-científicas recientes, han contribuido al mejoramiento de los procesos educativos y a la satisfacción de los problemas vinculados con el aprendizaje. Resulta por demás importante las contribuciones de las neurociencias a la educación, de manera particular,  los factores  del entorno sociocultural que intervienen en el aprendizaje. Existen diversos factores, tales como la salud, el entorno vital, ejercicio físico así como diversos aspectos, entre los cuales está la plasticidad, madurez cerebral y las neuronas espejo que indudablemente son importantes para considerar la influencia del entorno sociocultural en la educación.
La labor principal de las neurociencias es la de pretender aclarar de qué forma actúan las redes neuronales existentes en el cerebro para que el ser humano adopte ciertas conductas y cómo, a su vez estas estructuras se ven influenciadas por el medio ambiente. Precisamente, las neurociencias contribuyen a un mayor entendimiento, tratando de dar respuesta a cuestiones de gran interés para los educadores. Investigaciones recientes muestran que tanto un cerebro en desarrollo como uno ya maduro se alteran estructuralmente cuando ocurren los aprendizajes.
Las llamadas neurociencias se han hecho presente actualmente, y cada vez con mayor frecuencia en el ámbito educativo. Inició con los estudios relacionados con la maduración y desarrollo de la niñez vinculada con la educación inicial, para continuar con la inquietud por el estudio de la anatomía, el funcionamiento y las implicaciones que de ello se desprende para las diferentes edades evolutivas y sus efectos en el aprendizaje general pero sobre todo en el aprendizaje académico en particular.
Es importante que los responsables de la educación comprendan que los procesos de aprendizaje y los hábitos van moldeando el cerebro, que se sustenta de infinitas conexiones (sinapsis). Las neurociencias han descubierto que las sinapsis habilitadas se refuerzan o se debilitan a través del desarrollo por medio de nuevos estímulos vivencias, pensamientos y acciones; esto es lo que dará lugar a un aprendizaje permanente. La enseñanza y la formación en la niñez, brindan estímulos intelectuales imprescindibles para el cerebro y su desarrollo, toda vez que proporciona una evolución de las capacidades cognitivas haciendo factible el aprendizaje.  Es entre los tres y diez años, que el ser humano está en una búsqueda incesante de estímulos que el entorno ofrece, seleccionado aquellos que merezcan ser archivados para su recuperación posteriormente. Esta decisión de guardar los estímulos está basado en los procesos de atención que hacen que, de entre la amplia escala de estímulos, los órganos de los sentidos elijan los que conviene elaborar conscientemente. Los niños gustan de las sorpresas y a sus cerebros de la misma forma, por lo que, un entorno variable y diverso, que a cada momento logre despertar la curiosidad, conduce casi de manera automática a aprender.
El docente comprometido con la enseñanza de sus alumnos, debe tener al menos los conocimientos  básicos del funcionamiento del cerebro acerca del aprendizaje, toda vez que debe  comprender que los alumnos deben auto-observarse constantemente para aprender significativamente los contenidos y hacerlo a través de procedimientos efectivos. El poder cuestionar, volver a pensar, pensarlo de otra manera, realizar aportes, reconstruir conceptos, son acciones que conllevan a un aprendizaje viable.
El aprendizaje sustancialmente vislumbra cambios y conexiones: la liberación de neurotransmisores en la sinapsis puede variar, o las conexiones entre neuronas pueden fortalecerse o desgastarse. El éxito de la enseñanza afecta directamente las funciones del cerebro modificando y variando las conexiones. Ante este panorama se puede señalar que el ambiente afecta tanto la estructura del cerebro como su funcionalidad; un ambiente apropiado es esencial para conformar partes sustanciales del mismo.
Es importante mencionar tal como lo señalan  (Barab y Plucker, 2002, Meyer y Turner, 2002 y Schutz y Lanehart 2002), que las emociones, como los sentimientos, tienden a  promover el aprendizaje en la medida en que incrementan la actividad de las redes neuronales y fortalecen, por ende, las conexiones sinápticas. Por lo tanto, la neurociencia nos presenta claras evidencias de que el aprendizaje es  mayor cuando un contenido o materia en particular presentan ciertos componentes emocionales. Conociendo lo anterior, es prácticamente una  manera, emoción y motivación lograrán una forma de aprendizaje donde lo aprendido se archive en la red neuronal del educando.
La formación de docentes, psicopedagogos, psicólogos educativos y todos los profesionales interesados en la cuestión enseñanza-aprendizaje, deberían tomar cursos en neurociencias que les permita  cerrar la brecha del rezago educativo.
Lo anterior no parece ser una meta imposible, sin embargo el Estado debería aprovechar los avances científicos para impulsar que la docencia se atreva a enfrentar este enorme desafío.


Bibliografía.
Bibliografía:
De La Barrera, M. (10 de abril del 2009). Neurociencias y su importancia en contextos de aprendizaje. Revista Digital Universitaria, 10 (4), p. 1 - 17. Recuperado de http://www.revista.unam.mx/vol.10/num4/art20/art20.pdf

Padilla Magaña, Rosa Aura. (2004). La comprensión del cerebro: Hacia una nueva ciencia del aprendizaje. Perfiles educativos26(103), pp. 133-136. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982004000200009&lng=es&tlng=es.

Salas Silva, Raúl. (2003). ¿LA EDUCACION NECESITA REALMENTE DE LA NEUROCIENCIA?. Estudios pedagógicos (Valdivia), (29), 155-171. Recuperado de  https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052003000100011

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