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domingo, 31 de octubre de 2010

SOCIOLOGÍA. CULTURA Y SOCIEDAD

GUSTAVO A. AGUIRRE MORALES



RESUMEN LECTURA DE “GIDDENS

Mientras algunos habitantes de tierras “lejanas” empezaron muy tarde con la tecnología, al enfrentarse a ésta se impresionaron de tal forma que trataron de darle un sentido religioso que satisficiera lo mejor posible el fenómeno. Pero no sólo está inmerso el asombro, buscan proteger o salvar sus propias “costumbres” que se ven amenazadas por la llegada de los intrusos “colonizadores”
La cultura de cada una de las sociedades puede y varía de acuerdo a donde se encuentre localizada a lo largo y ancho de la tierra. De tal forma que las culturas del medio Oriente son “completamente diferentes a las de América”. La cultura no es solamente  arte, literatura, música o pintura, en este concepto subyacen las formas de ser de una sociedad. Desde su forma de vestir, hasta sus pasatiempos pasando por sus ceremonias religiosas, costumbres matrimoniales, es decir el comportamiento de la sociedad. Cultura y sociedad están íntimamente ligadas. Cultura y sociedad avanzan o “retroceden” conjuntamente, es decir, una no puede existir sin la otra.
La sociedad y la Cultura, siendo distintas se interfieren al relacionarlas con el hombre. La sociedad conlleva y se sustancia por la relación y por las interrelaciones, mientras que la cultura trata del modo de vida de una sociedad determinada. Esa relación puede ser universal y a la vez grupal, se trata de la cultura material donde aparecen unos valores determinados, que son aprendidos y conllevan ideas, valores e instituciones. En ese sentido, la cultura representa en sí misma un instrumento de adaptación al medio. Hay pues, unos universales culturales y al mismo tiempo aparece una multiplicidad de grupos sociales determinados, que nos trasladan a la diversidad cultural, y es en ese ámbito de representación donde aparece el etnocentrismo, que trata de observar otras culturas desde la cultura propia.
 Se entiende y comprende actualmente que toda sociedad contiene por si misma su propia cultura, extraña tal vez para otros pueblos, naciones o sociedades con diferente carga cultural. Pero esta es la que le da fuerza y seguridad a una sociedad, esta es la identidad cultural de cada raza.
Los interrogantes que se presentan sólo por definir la evolución como el “destino de la información que se transmite dentro de un sistema” en particular en los sistemas biológicos, son cruciales pues proporcionan el marco conceptual que permite comprender las ideas cruciales de Darwin. Pensar en la evolución como la estabilidad y el cambio en la información a través del tiempo y el espacio nos permite preparar una guía para comprender el desarrollo del pensamiento evolucionista anterior a Darwin hasta nuestros días.
Darwin pensaba que la solución a su búsqueda de un “mecanismo” por el cual se llevara a cabo la evolución, una búsqueda a la que se avocó con ahínco a poco de regresar a Inglaterra a fines de 1836, estaba en la herencia, un proceso del que se sabía muy poco. Dicho de otra manera, la evolución podía considerarse como un cambio en la información hereditaria. Y aunque las ideas de Darwin acerca de cómo opera el proceso hereditario era erróneas, en esa época se sabía lo suficiente de las características de la herencia como para demostrar que los criadores pueden controlar hasta cierto punto el flujo de la información.
Los socio-biólogos incluyen a los seres humanos en una explicación biologicista de la conducta. En esta interpretación afirman que estamos genéticamente determinados en lo que respecta a nuestra conducta social, la formulación de nuestros juicios y acciones éticas, estéticas, sexuales, nuestras relaciones afectivas, en las decisiones políticas y estrategias económicas. Haciendo a un lado el papel de la cultura y de la historia en la conformación de la naturaleza humana, los socio-biólogos afirman que los seres humanos somos egoístas, violentos, autoritarios, racistas, sexistas y clasistas por determinación de nuestros genes, pues la selección natural ha reforzado las conductas correspondientes como única forma de conseguir adaptaciones al medio para incrementar la producción de una numerosa progenie.
El estímulo existe para un animal en tanto en cuanto tiene para él una significación biológica y frente al cual puede actuar. Este mecanismo es muy especializado y así la semejanza entre los animales está, más que en su morfología, en su mundo circundante. Comparado con la conducta animal, el comportamiento instintivo del ser humano es mucho más abierto, más independiente y tiene una mayor capacidad de adaptación. El ser humano es capaz de establecer una distancia, lejanía o incluso renunciar al estímulo instintivo. Es más, puede satisfacer sus impulsos instintivos mediante procesos cognitivos o imaginativos. Todo esto le permite una gran diversidad, variabilidad y amplitud de comportamientos. El ser humano siempre traspasa el estímulo que recibe de fuera; por eso es capaz de crear un mundo y por eso el mundo del ser humano tiene una autonomía frente al mundo de los animales. Esto, que es una característica general de la conducta humana, aparece también en el plano de los instintos.







Comentarios personales
Giddens, imprime  un carácter a lo “espacial”, al considerarlo un elemento central de la conformación del orden y de la conducta social. Para este autor, el espacio no es una referencia física, es un proceso social que permite la reproducción social a través de dos niveles: la integración social, proveniente del acto cotidiano que se repite en los actores y les genera seguridad y cohesión, y la integración sistemática, que produce vínculos entre grupos, o sistema de relaciones, generando aspectos regionales de la vida social y patrones recurrentes de relaciones sociales.
La ciudad aparece en Giddens como un espacio de poder y de dominación, en ella se  encuentran los recursos que dominan la vida contemporáneo, esto es, los distributivos y los de autoridad. Así, la fuente de poder de las sociedades modernas deriva de la capacidad de los sistemas sociales para almacenar esos recursos en ámbitos territoriales denominados ciudades. De esta forma, Giddens rescata la construcción de un objeto teórico explicativo basado en los procesos sociales de la integración que se desarrollan en la ciudad y en las cuales “el espacio se convierte en un elemento constitutivo de los social y en la principal fuerza sobre la que se sustenta la cohesión social.
Sin duda, el planteamiento de la sociedad conlleva adentrarnos en la cultura, en la relación de la cultura y la sociedad, del desarrollo social y cultural, el peso específico de los factores biológicos, geográficos, humanos, no humanos, etc. Por otra parte, hay que observar el sistema de normas, que van desde la costumbre, las tradiciones, las instituciones sociales, las leyes o los valores, puesto que delimitan, condicionan o determinan comportamientos, actitudes u opiniones. Asimismo, hay que tener en cuenta la estructura de la cultura, sus rasgos y representaciones, la significación simbólica, los procesos de integración, el relativismo cultural, los rasgos complejos y las subculturas y contraculturas. También la cultura real frente a la cultura ideal.







Bibliografía:
Giddens, A. (1995). Sociología. Cultura y sociedad. Madrid: Alianza Universidad Textos. Cap. 2 pp. 63-75

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